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1.- Una dieta equilibrada, mejor con queso

Los quesos son ideales para incluir en todas las dietas y son perfectos en el marco de una alimentación variada y equilibrada. Su combinación o “maridaje” perfecto con frutas como la uva, frutos secos, frutas deshidratadas y, de forma moderada con vino, aporta también beneficios.

2.- Proteínas de alto valor biológico y calcio

El queso contiene proteínas de alto valor biológico y la cantidad de proteínas que aporta es superior incluso a las de su materia prima, la leche. El calcio es uno de los minerales más importantes para el cuerpo humano y precisamente el queso es uno de los alimentos con mayor concentración. Este mineral ayuda a formar y mantener los dientes y los huesos sanos, pero también es esencial para el funcionamiento del sistema nervioso y muscular. Además, el calcio ayuda a que la sangre circule a través de los vasos sanguíneos y a liberar hormonas y enzimas que influyen en casi todas las funciones del organismo. Una porción de 100 gramos de queso equivale al requerimiento diario de una persona adulta.

3.- Fuente de vitaminas de primera magnitud

El queso es un alimento rico en vitaminas A y D, que ayudan al cuerpo a absorber el calcio y a mantener los huesos y los dientes sanos. El queso también es rico en vitaminas del grupo B, entre las que destaca la B12, la B9 (ácido fólico), la B1 (tiamina) o la B2 (riboflavina).

4.- Productos innovadores: existe un queso para cada consumidor

Las grasas que contiene el queso son de origen animal. Los expertos recomiendan un consumo moderado, si bien existe una amplia variedad en el mercado destinada a cada grupo de consumidores, sin olvidar los productos bajos en grasa y sal o sin lactosa, entre otros.

5.- 60 gramos de queso fresco al día

De acuerdo con el consenso de la mayoría de guías nutricionales de ámbito nacional o internacional, una dieta equilibrada debe incluir 2-3 raciones de lácteos al día en niños y adultos y 3-4 en grupos con necesidades adicionales, como la adolescencia, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ancianos o deportistas. Una ración de leche equivaldría a 200-250 mililitros (una taza o vaso), mientras que la ración de yogur serían 250 gramos (2 yogures). Respecto a los quesos, la porción recomendada ronda los 60 gramos de queso fresco.